Sheila vivió en entornos institucionales desde que tenía 9 años. No siempre fue tratada con amabilidad y respeto mientras vivía allí y experimentó traumas ya que la gente a menudo no entendía sus necesidades. Su ubicación institucional continuó hasta 2008, cuando se mudó a un hogar de acogida. Una vez que se mudó, finalmente estuvo en un ambiente seguro con su nueva cuidadora Doris y su esposo Phil. Sheila se acercó a ellos y permaneció en ese entorno hasta 2019, cuando el hogar de crianza para adultos tuvo que cambiar su licencia y decidió convertirse en PSW en lugar de un hogar de crianza, que fue cuando Sheila ingresó a los servicios de corretaje.
Durante el tiempo que Sheila estuvo en el hogar de acogida, trabajó en un taller protegido, luego en un centro de apoyo diurno y finalmente en un centro de orientación laboral. Iba de campamento, montaba navajas y pescaba cuando hacía buen tiempo.
Cuando llegó el COVID, el programa diurno de Sheila se cerró y su proveedor principal no pudo seguir apoyándola. Otro proveedor, llamado Faye, había comenzado a trabajar con Sheila y cuando EOSB comenzó a buscar su próximo paso, Faye sugirió que Sheila viviera con ella y su esposo Kelly. Aunque Sheila no habla, comunicó claramente su deseo de vivir con Faye y Kelly, por lo que el equipo estuvo de acuerdo y comenzó la prueba.
Ocho meses después, la vida de Sheila ha cambiado radicalmente. Ella tiene un proveedor y un amigo en Faye, quien es su único proveedor pagado. Sheila también ha desarrollado una relación sólida con Kelly, y él se ha convertido en uno de sus defensores más fuertes, así como en su empleador sustituto. Él la ayuda a investigar medicamentos alternativos para que tenga menos efectos secundarios negativos.
Sheila tiene una gran relación con la familia de Kelly, y han considerado mudarse allí para estar más cerca de ellos. En su último viaje, Sheila hizo amigos y jugó con los nietos. Realmente se ha convertido en un miembro integrado de su familia.
A través de los buenos y malos momentos, Sheila ha mantenido una actitud positiva y sentido del humor. Siempre ha encontrado alegría en las pequeñas cosas de la vida. Su espíritu indomable sirve para recordárnoslo. Si bien no siempre podemos elegir nuestras circunstancias, podemos elegir si dejamos que nos definan o no. Sheila ha perseverado en los momentos difíciles, sin saber que alguna vez mejoraría y ahora está cosechando las recompensas. Ha sido un honor conocerla y trabajar con ella.