En enero de 2003, la Junta estableció una política y un procedimiento para permitir el gasto de fondos/intereses no gubernamentales para satisfacer las necesidades de los clientes. Los fondos flexibles se utilizan en nombre de nuestros clientes cuando tienen necesidades que otros fondos gubernamentales no pueden satisfacer. Las necesidades individuales van desde anteojos (no cubiertos por Medicaid), un boleto de autobús para llevar a alguien de vuelta a casa si se ha quedado varado, abordar breves períodos de falta de vivienda y otras necesidades de crisis agudas a corto plazo.

Los fondos gastados nunca superan los $300 a menos que un caso especial lo justifique. El fondo Flex evita que las personas a las que apoyamos accedan a niveles más altos de atención porque estos fondos permiten la estabilización y permiten que la persona continúe accediendo a los apoyos de Medicaid en el hogar. A menudo, estos fondos pueden satisfacer necesidades a corto plazo, mientras que nuestros agentes personales ayudan a la persona a crear un plan a más largo plazo.